martes, 18 de mayo de 2010
Proyecto Institucional: “Amar a todos sin excluir a nadie”
Existen momentos que
me recuerdan que cada día puede suceder un milagro, que me animan a pensar que
si los ángeles existen están acá, siempre a nuestro lado y que además pueden
manifestarse a través de los actos de nuestros jóvenes…es increíble lo que
ellos pueden lograr si encuentra alguien que los escuche y trate de responder a
sus inquietudes. Este proyecto fue completamente su merito, durante el año 2009
plantearon la posibilidad de realizar una donación a una Escuela de Jornada
Completa del Interior de la
Provincia , recaudaron numerosas prendas de vestir, calzado y
juguetes. Enviamos a través de la colaboración de un Club Deportivo los
elementos y un poco de ellos lo separamos para donar a la Institución Casa
Cuna, organizamos una visita y un día logramos ir (el maravilloso 20 de Abril
de este año), nuestros alumnos de 3 Año “C” organizaron una merienda, una función
de títeres y hasta una representación de un cuento. Fue una tarde diferente, un
día de muchos aprendizajes, quizás no académicos sino de la vida, de lo
magnifico que puede ser tender la mano y dar un abrazo a quien quizás lo esta
necesitando. Ojala todos los docentes tuvieran la posibilidad de tener en sus
aulas tan buenas personas como las que yo descubrí ese día en mis alumnos.
Destaco la gran labor de las personas que trabajan en la Institución visitada
al brindar no solo la satisfacción de las necesidades básicas a los niños
internos sino también la contención y el afecto que tanto necesitan, además la guardería
que funciona en la
Institución brinda a los padres de otros menores la
posibilidad de trabajar y saber que sus hijos estarán protegidos durante ese
periodo. Si todos supieran la gran función de la Institución creo que
la colaboración hacia la misma seria más generosa.
Prof. Rojas, Mercedes.
“…Me he sentido muy feliz al tener la
oportunidad de colaborar y participar en la visita a Casa Cuna, al compartir con los niños su
sonrisa, su cariño y sus travesuras…pude sentir junto a mis compañeros el amor
que los niños transmitían. Una personita muy especial logró conquistar mi corazón con la felicidad
de sus ojitos…nos divertimos muchísimo al salir a jugar con ellos. Sus ojitos
se entristecieron cuando debíamos marcharnos, ninguno quería hacerlo…el compartir
con ellos esas horas me llevó a preguntarme ¿hasta donde llegaremos? ¿Qué
debemos hacer para que toda la tristeza pase..? Si todos hiciéramos un poquito,
podríamos ayudar a muchos niños que nos necesitan, entre todos podríamos
cambiar lagrimas por sonrisas…”
Celeste
Romero
3 Año “C”
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